¿Por qué no sueltas tu cuerda?

¿Por qué no sueltas tu cuerda?

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para Él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, decidido a llegar a la cima. Le obscureció, la noche cayó con…

Dios y mi Padre Nuestro.

TU: Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: Si. Aquí estoy…

TU: Por favor… no me interrumpa, ¡estoy orando!
DIOS: ¡Pero tú me llamaste!..

TU: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy orando…. Padre Nuestro que estás en los cielos…
DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.