No seas un león en tu propia casa

Un esposo tiránico le exigió una vez a su esposa que actuara conforme a un rígido conjunto de normas que él mismo eligió. Ella debía realizar ciertas cosas para él como su esposa, mantener la casa de cierta manera, tratar a sus hijos en público de un modo determinado. La esposa trató de complacer a su marido, pero luego de un tiempo comenzó a odiar…

El niño que soy.

Soy un niño con un nombre que me sustenta llámame por mi nombre. Acéptame como soy: no me compares. Yo soy como tú, un individuo único con únicas maneras de percibir interpretar y expresarse. Aprender es agradable. No me lo eches a perder con castigos tareas y amenazas.

Permíteme expresarme libremente, no termines mis frases ni culmines mis trazos ni rellenes mis dibujos. Intercambia conmigo opiniones

De un padre a su hijo.

Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por los cabellos y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.