Amigo de Dios
Yo te necesito
"Decía que las mamás no trabajaban"
Un hombre, por cierto muy meticuloso, decía que las madres no trabajaban tanto. Que los quehaceres de la casa eran poca cosa.
Pero un día se vio obligado a cuidar a la familia, debido a que su esposa había tenido que salir. Decidió escribir una lista de las actividades que realizaba durante el día, con el siguiente resultado:
– Les abrí la puerta a los niños: 106 veces
– Les cerré la puerta a los niños: 106 veces
– Amarré los cordones de sus zapatos: 16 veces
– Rescaté al bebé, que está aprendiendo a caminar: 21 veces
– A Jorgito, nuestro hijo de 2 años le dije NO: 94 veces
¿Qué estás haciendo?
Mientras estuvo en casa durante un tiempo, mi nieta Addie empezó a preguntar una y otra vez: «¿Qué estás haciendo, abuelo?». Ya sea que trabajara en la computadora, me pusiera los zapatos para salir, me sentara a leer o ayudara en la cocina, ella se ponía a mi lado y me preguntaba qué estaba haciendo.
Después de contestarle algunas decenas de veces, diciendo: «pagando cuentas», «yendo a la tienda», «leyendo el periódico»
Juntando ramas secas
“Servíos por amor los unos a los otros” Gálatas 5:13
Una dolorosa enfermedad había impedido al maestro bíblico Billy Walker continuar con su activo cronograma de actividades durante varios meses. Le dijo a un grupo de hombres que lo que echaba de menos de manera especial era no poder predicar, pero que Dios le estaba enseñando a lo largo de su recuperación.
Un día durante su convalecencia, mientras meditaba y oraba, la atención de Billy se centró en el pasaje acerca del naufragio de Pablo en Malta
Los secretos
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. Eclesiastés 4: 9-10
Hay situaciones difíciles que nos sucedieron o nos están sucediendo de las cuales muchas veces no nos gusta hablar, a lo mejor pasaste por alguna mala experiencia de la cual nunca se lo has comentado a nadie
Dénle ustedes de comer
Pasaje bíblico: Mateo 14.14-15:
“Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud; sintió compasión de ellos y sanó a los enfermos que llevaban. Como ya se hacía de noche, los discípulos le dijeron: -Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente para que vayan a las aldeas y compren comida”.
La respuesta del Señor fue desconcertante: “¡Dénles ustedes decomer!”. Y los discípulos naturalmente quedaron asombrados: ¿darde comer a más de cinco mil personas?
En muchas ocasiones también nosotros nos sentimos impotentes ante algún pedido que entendemos está mucho más allá de nuestras posibilidades.