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Las apariencias
Samuel preparó el cuerno con el aceite y salió de su casa, debía cumplir una orden ir a ungir al que sería el rey de Israel, tenía que ser preciso y no equivocarse.
Después de horas de camino llego a Belén a la casa de Isaí, el cual tenía varios hijos y de uno de ellos Dios se había provisto de rey. Le dijo a Isaí que tenia que ver a todos sus hijos, apenas le presentaron al mayor, lo vio alto, un mozo muy bien parecido y gallardo, así que pensó para sus adentros (este será), pero sintió la voz de Dios que le dijo: «No Samuel, no mires