En esta hora apacible, Señor, a Tí yo ruego
que tu misericordia derrames con perdón
de las innumerables faltas que sabes tengo,
y me limpies por siempre de toda imperfección …
Señor, guárdame alerta para poder librarme
de toda incertidumbre en relación a Tí,
que en mi interior Tu augusta presencia esté palpable
a la chispa divina que Tú pusiste en mí …
Y que cuando me llegue el momento supremo
valientemente afronte Tu llamada final;
y tu Espíritu Santo llene de caridad
las mentes de los míos, amados en extremo;
y que sepan no hay muerte y solo despertar
a eternas beatitudes en el célico hogar.
Carmen M.C. Gómez
Tomado de www.maran-ata.net