«Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.»
Marcos 1:29-31
Identifiquemos el problema – “Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre”
Todos hemos tenido o tenemos problemas, pueden ser de salud, económicos, emocionales, etc. Sin embargo quizás lo que consideramos problema, realmente no lo sea sino sólo sea un síntoma. Por ejemplo, alguien que tiene mucha gripa, puede creer que su problema es la gripa, pero todos sabemos que el verdadero problema es el virus que causa esa gripa. Del mismo modo muchos creemos que tenemos un problema quizás económico pero no es más que un síntoma, otros quizás tiene un problema de depresión del mismo modo es sólo un síntoma de una enfermedad más profunda. El Alcoholismo, hemos escuchado que es una enfermedad, pero en la literatura de AA podemos encontrar que en realidad también es un síntoma de una enfermedad a la que llaman ellos espiritual. Identificar el problema nos sirve para saber contra que estamos peleando.
Presentemos nuestro problema a Dios – “y en seguida le hablaron (a Jesús) de ella”
Hay un libro medio famoso que venden en las tiendas populares como Sanborns o Liverpool que se llama “Señor quítame lo bruto”, en alguna ocasión fui con un amigo a una de esas tiendas, vimos el libro, lo tome en mis manos y le dije a mi amigo: te lo regalaría pero Dios no hace milagros tan grandes, así que no serviría de nada. Evidentemente fue broma, aunque después de reírnos por un rato mi amigo me preguntó: ¿Crees que exista algo que no pueda hacer Dios? Estoy 1000% seguro que no hay nada imposible para Dios. No importa que problema tienes, grande o chiquito platícale tu problema a Dios. “y en seguida le hablaron (a Jesús) de ella”
Dios quita los problemas con propósito – “inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía”
Todo lo que hace Dios tiene un propósito no hay nada al azar, nada. “Dios no juega a los dados” decía Einstein. Dios puede y quiere quitarnos nuestros problemas. Ya se seguramente te estás preguntando ¿Por qué no quita mi problema? Mi respuesta es un simple no se. Pero lo que si se, es que Dios todo lo que hace y lo que “no hace” tiene un propósito.
Roberto desde los 15 años tenía la convicción de ir a África para hablarles de Jesús, a una tribu zulú. Dedicó 10 años de su vida estudiando para poder ir como misionero. Ya tenía todo preparado, en el pueblo estaban muy contentos porque conocían a Roberto, se notaba que amaba a Dios y que eso era lo que él quería. Pero justo dos días antes de irse una pandilla de delincuentes lo secuestró. Al siguiente día lo dejaron en libertad, pero lamentablemente sin una de sus piernas. Estaba muy triste y le reclamaba a Dios por lo que había pasado. ¿Por qué no me cuidaste? Preguntaba constantemente, ¿por qué? Como era de esperarse cancelo su viaje. Después de 10 años se reconcilio con Dios y aunque no entendía porque había pasado lo de su pierna, si sabía que quería ir a África.
Después de seis meses de llegar a la tribu zulú y de estar ayudando, otra tribu se raptó a Roberto, pero esta vez era para comérselo. Después de una semana regresó ileso, sus amigos de la tribu zulú estaban asombrados, ya que ellos mismos tenían miedo de esa tribu caníbal. ¿Cómo escapaste? Le preguntaron. Les digo la verdad Dios me salvo, estos caníbales al ver que no tenía una pierna, creyeron que otra tribu me había comido, entonces no se si por respeto o ya no era apetecible pero me dejaron ir. Realmente agradecí a Dios por haber perdido mi pierna. Dios quita los problemas con propósito. “y ella les servía”
Enviado por Alejandro Cunillé