«Jesús dijo: Pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento». Marcos 12:44 (NVI)
Fui parte de un equipo médico que estaba trabajando en Haití cuando ocurrió el terremoto de 2010. Durante ese tiempo aprendí lo que significa la verdadera ofrenda.
Un día, mi hijo y yo jugábamos fútbol con varios niños haitianos. Durante el descanso les repartimos caramelos, uno de los niños se comió la mitad del caramelo y me ofreció la otra. Yo comería más de lo que ese niño iba a comer en varios días, pero él me estaba ofreciendo la mitad de lo que tenía.
Nuestro equipo siguiñó operando en la clínica después del terremoto, pero no sabíamos cuando o como volveríamos a casa. Decidimos conservar nuestra comida y el combustible para los generadores.
Uno de los intérpretes nos dijo que nos traería comida de su casa si la necesitábamos. El y sus cinco hijos vivían en una casa pequeñísima, y teníamos más alimentos en nuestra cocina de lo que su familia comería en dos meses. Sin embargo, él sabía lo que significaba dar de verdad.
Dios nos llama a ser mayordomos generosos de todos nuestros dones. ¿Qué está haciendo sobre esto?
Tomado de El Aposento Alto.