MORBUS SABBATICUS es una enfermedad muy común en los miembros de la
Iglesia y ataca repentinamente el domingo por la mañana y los días que hay estudio bíblico por la tarde, el hermano o hermana no siente ningún síntoma, hace sus tareas, cumple con su trabajo, va al mercado a hacer sus compras, va de visita o de paseo, no importa si está lloviendo, come bien, duerme bien, pero cerca de la hora de ir a la Iglesia le ataca el virus, su ánimo decae, se siente mal, le duele el cuerpo, cree que tiene fiebre y que necesita descansar y continúa hasta que el servicio ha terminado o un poco antes.
Cuando su familia regresa de la Iglesia ya le encuentran mejor. ¡Grande Milagro!
Esto se repite cada semana, el paciente puede hacer de todo durante toda la semana, se siente en forma para hacer de todo, no siente ningún malestar, su espíritu se siente alegre, ríe, goza, disfruta de la vida, ve la televisión, lee el periódico o alguna revista, nada hace presagiar que esté enfermo. Pero cuando llega las 9.00 a.m. del Domingo o las 6.00 p.m. de los demás días, el virus empieza a atacar y el ciclo de la enfermedad se repite.
Características peculiares de esta enfermedad, son:
1.- Solo ataca a los miembros de la Iglesia.
2.- Nunca aparece en otros días de la semana.
3.- Los síntomas pueden variar en cada caso, pero no quitan el apetito ni el sueño.
4.- Nunca permanece por más de unas horas en esos días.
5.- Generalmente empieza a atacar al jefe de la familia o a la esposa y contagia a toda la familia si no se cura a tiempo.
6.- Ninguno llama a un médico para atender este caso.
7.- Es grave y fatal para el alma, todas sus víctimas están en el infierno.
8.- No hay remedio humano para este mal, lo único recomendado por Dios es un sincero arrepentimiento, confesar los pecados y humillarnos ante Dios. Suplicar su gracia.
9.- El nuevo nacimiento y la sangre de Cristo es el antídoto.
10.- Es una plaga peligrosa y barre con miles cada año, llevándoles prematuramente a la destrucción.
RECOMENDACIONES: Si alguno padece esta grave enfermedad, recurre inmediatamente a Jesucristo, él y su sangre dentro de nosotros no permitirá que esta enfermedad nos ataque y nos destruya. ESCUCHA ESTA ADVERTENCIA DADA A TIEMPO.
Fuente: Literatura Bautista