Ningún cristiano debe ignorar el gran poder que existe en la oración. Ella ha sido creada para derribar al mayor de los gigantes. En la Biblia hay cientos de ejemplos en los que Dios nos muestra el gran poder que emana de la oración del creyente. Algunos de los más conocidos intercesores encontrados allí nos enseñan todo lo que podemos lograr si hacemos buen uso de ese poder.
Daniel nos muestra que cuando oramos cerramos las bocas de los leones.
Sadrac, Mesac y Abed-nego nos enseñan que cuando oramos ni siquiera la llama más caliente puede quemarnos.
Ester nos muestra que a través de la oración los hombres encuentran el favor de Dios y todos los falsos decretos, informes y planes quedan invalidados en el poderoso nombre de Jesús.
Pablo y Silas nos enseñan que cuando oramos se abren las puertas de la prisión. ¿Te sientes encarcelado?, si tu respuesta es «si» entonces es tiempo de que empieces a orar para que Dios te libere en el poderoso nombre de Jesús.
Escrito está: «Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.» Juan14:14. No olvidemos que el Señor también dijo: «De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo». Mateo 28: 18.
El deseo de Dios es ver cristianos audaces, que crean que hay poder en la oración para darles lo que le pidan. En Jeremías 33: 3 dice: «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces». Hermano créelo, la oración funciona.
Eliseo oró y un niño resucitó de entre los muertos:
«Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová. Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor». 2da. de Reyes 4:33-34 .
Abraham, el gran patriarca, padre de todos los creyentes nos ofreció el primer ejemplo de oración, en el episodio de la intercesión por las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Elías oró y fuego descendió del cielo. También oró y comenzó a llover.
El poder de la oración está articulada sobre la fidelidad de Dios para llevar a cabo lo que él ha prometido.
«Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?». Números 23:19
Fuente: mca-gospel.blogspot.cl