Escritura en la cárcel.

Un ejemplo de fe se encontró en la pared de un campo de concentración. En ella un prisionero grabó las siguientes palabras:

• Creo en el sol, aunque no brille.

• Creo en el amor, aunque no lo expresen.

• Creo en Dios, aunque no hable.

Procuro imaginar a la persona que trazó estas palabras.

Trato de imaginarme la mano esquelética que agarró el vidrio roto o la piedra con la que marcó la pared.

Trato de imaginar sus ojos entrecerrados que procuraron grabar cada letra en la oscuridad.

¿Que manos pueden haber grabado tal convicción? ¿Qué ojos pudieron haber visto lo bueno en medio de tal horror?

Hay sólo una respuesta: Ojos que escogieron ver lo invisible.

Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2001).
Promesas inspiradoras de Dios (Page 14)
Nashville, TN: Caribe-Betania Editores

Cada día estamos desafiados a mirar lo visible o lo invisible… Depende de nosotros. Si escogemos lo visible, sin duda nuestra vida se estrechará y la fe se disipará… si escogemos lo invisible…nuestro horizonte espiritual se expandirá …viviendo cada día con más fe.

El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. Porque por Él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por Él y para Él. Colosenses 1:15-16

Por tanto, al Rey de siglos, inmortal, invisible, al solo sabio Dios sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 1:17