Con el dinero se puede comprar:
Lujos, pero no felicidad
Diversión, pero no gozo
Comida, pero no apetito
Medicina, pero no salud
Libros, pero no sabiduría
Aduladores, pero no amistad
Una casa, pero no un hogar
Una cama, pero no descanso
Una tumba, pero no el cielo
Riquezas pasajeras, pero no el tesoro de vida eterna:
Solo Jesucristo Nuestro Señor nos puede dar vida eterna.
Publicada enVida Cristiana