«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento» Lucas 5:32
Caravaggio, el pintor italiano del siglo XVI, recibió críticas mordaces en su tiempo por representar a los personajes de la Biblia como personas comunes y corrientes. Sus críticos reflejaban una época en la que sólo se consideraba a los miembros de la realeza y la aristocracia como sujetos apropiados para la «inmortalidad» del arte. El lienzo «San Mateo y el ángel» que le encomendaron a Caravaggio ofendió tanto a los líderes de la iglesia que tuvo que volverse a pintar. No podían aceptar ver a Mateo con las facciones físicas de un obrero cotidiano.
Según un biógrafo, lo que los padres de la iglesia no entendieron fue que «Caravaggio, al elevar a esta figura humilde, estaba imitando a Cristo, ya que Él mismo había sacado a Mateo de la calle».
Caravaggio tenía razón acerca de los personajes de la Biblia. Jesús mismo creció en el hogar de un obrero. Cuando llegó Su momento de entrar en la vida pública, fue un hombre curtido por los elementos del desierto, llamado Juan el Bautista, quien Le anunció. Sus discípulos fueron pescadores y gente común.
Jesús vivió, amó y murió por los ricos también. Pero al hacerse amigo de los que habían sido poseídos por demonios, los leprosos, los pescadores e incluso los despreciados publicanos, el Maestro de Nazaret mostró que nadie es demasiado pobre, demasiado pecaminoso o demasiado insignificante para ser Su amigo.__ MRD
Reflexión: Jesús te quiere a ti como amigo.
Fuente: Nuestro Pan Diario