La emoción es pasajera, la convicción es permanente.
La emoción es la actitud de una persona hacia alguien o algo, agradable o penosa, y va ligada a los sentimientos, la convicción es el convencimiento hacia alguien o algo. En la relación con Dios existen estos factores.
Algunas ocasiones se oyen frases como esta: (cantan y hablan muy bonito, se siente bien en sus reuniones, pero no me comprometo,
o empiezan a asistir pero no se mantienen), sólo se han dejado llevar por una emoción; la convicción es esencial, estar convencidos de la palabra de Dios trae seguridad y permanencia en EL.
La emotividad que había en la multitud que seguía al Señor Jesús según (San Juan 6) era el alimento material, pero conociendo esto el Señor, comenzó a hablar de su propósito y pareció tan dura su palabra, que muchos volvieron atrás y ya no andaban con EL.
Seguir a Cristo por convicción es creer a su palabra, y darle el lugar que EL quiere ocupar en el corazón del hombre.
¡El cristiano de emoción no crece, el cristiano de convicción permanece!
Enviado por Ruby Salazar